A veces
creo en elefantes de colores, oigo a los globos azules criticar a los rojos y
me desconcierto al ver algodones en el cielo, me imagino perdiendo los sueños,
perdiendo el asombro y cierta inocencia, temiéndole a la falta de utopías, a la
ausencia de esperanzas, a la quietud.
A veces miro durante una infinidad de segundos esos
frágiles cristales cayendo del cielo, veo con cierto desprecio las flores de
plástico mientras arranco con descuido a una verdadera. Construyo puentes hacia
inimaginables sueños pero siento la fragilidad de los mismos para cruzarlos o
me miento creyéndola sentir.
A veces camino interminables horas siguiendo aquella
frase tan repetida y sabia “caminante no hay camino que no se haga al andar”.
Busco en los desiertos agua y pencas en los oasis, me abrigo del calor y
practico la inversa con el frio.
A veces a falta de tacto me quedo absolutamente
inmóvil, esperando por lo menos algún impulso el cual en tan larga pared acerté
de lleno a esa pequeña abertura del tamaño de una puerta.
A veces escribo cosas incoherentes porque entre
tantas incoherencias considero alguna puede tener coherencia, ¿o no?... ¡qué sé
yo! Pero por las dudas quiero creer ciertas cosas.
A veces hago garabatos sin importancia, como una
manera de pasar el tiempo.
A veces voy, solo voy, otras soy, solo soy... otras no soy ni voy y
están aquellas en las que prefiero quedarme en aquel extraño paradigma
resolviendo sistemas de infinitas soluciones con la rara necesidad de ir una
por una
perfecto
ResponderEliminar:O... a veces uno se encuentra con el abstracto de una imagen que mola y al acercarse descubre que ya está plasmado en palabras por el artista todo aquello que también le rondó en un instante al verla... quizá es todo eso es lo que se refleja o una necesidad poner cara a la imaginación o ambas... (hoy el uno soy yo sin algunas horillas de sueño necesarias jeje) sólo sé que esto mola
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