12 de marzo de 2019
Una noche
A veces, la realidad tiene quiere transformarse y Córdoba deja de ser Córdoba. Al lado de la plaza en lugar de la municipalidad, hay una especie de torre de tres pisos donde se pueden ver los colectivos. Por la misma 27, cerquita de ahí, una milonga. Vos estas ahí, bailando tango. ¿Cuándo llegaste? Vos no vivís acá, pienso. Hoy, estoy cansada. Llegue y vine a la milonga. La música parece no sonar, pero la gente baila igual y vos te vas a bailar con ellas. En una de las cortinas, te acercas y yo intermitente, dudando sí o no. ¿Bailas? Me cuesta decirlo como si fuese a besarte o si te invitase a salir. No. Me parece que lo balbuceaste, o todo es balbuceo, distracción y ruido. Pero igual entiendo, me haces un gesto de vamos y quedo desconcertado. Te sigo, atravesamos la pista. Salís afuera y te acompaño. Me tengo que ir, estoy cansada. No sé porque estoy acompañándote. Espero que preguntes por el colectivo a los milongueros que están afuera, que salen siempre a fumar. Estas alojada en un barrio con un bar. Cerca del 500. No sabes el nombre del barrio pero al parecer es barrio Jardín. Mi mente imagina ese bar, ese barrio, pero es otro bar y es otro barrio. Me tengo que tomar el 20. Ese famoso 20 rojo, que siempre pasa cuando uno espera otro colectivo. ¿Te acompaño a la parada? Vamos y me contás que llegaste hoy, que estas cansada, que no conseguiste en ese lugar, al que siempre vas acá en córdoba, que queda en el centro y que estas en barrio Jardín. Mientras me contas eso, el 20 no pasa, otros coles pasan, pero el 20 no. Entonces subimos al tercer piso de la torre para ver los colectivos que vienen, para charlar, para escondernos. Nos sentamos mirando hacia otro lado, no hacia la calle e igual sabemos que el cole no pasa. Rodeados por el paisaje bullicioso, por esa ciudad latente, por el rio de la cañada y por esa 27 ancha, que parece la Colon. Estoy buscando un lugar más cerca. ¿Si queres podes venir a casa? Tengo un colchón de sobra y podría buscar la forma de darte un espacio propio. No sé cuál es su respuesta, ni que silencios y palabras hay. Cuando me doy cuenta estoy tomando la palabra de nuevo, capaz pasaron 5 o 10 minutos. Este viernes mis amigos vienen a comer, ¿Queres venir? Mientras pienso en que quiero estar cerca de tuyo, y te miro queriendo adivinar que estás pensando. Bueno, podría ir a tu casa. Seguimos hablando de otras cosas, nos vamos por la rama, y yo con la duda de si realmente iras. Mientras nos damos cuenta que el cole no pasa y que vemos hacia otro lado. Es raro que no pase el 20 si siempre es el cole que pasa. Vos estas cansada. Miramos por la ventana y vemos muchos colectivos que vienen. Bajamos, capaz uno de esos es el 20. Vos decís algo, pero no lo alcanzo a comprender, me queda una sensación nebulosa y borrosa
4 de junio de 2017
Poema XVII
Juego a apretar el gatillo,
caricia gaucha, la algarroba.
Dibujamos pañuelos en polen,
la flor marchita, la flor naciente.
El hormigueo en mi semblanza,
las reglas a ser necesitan dos
Entrecortado está el viento,
acción y acto cumplen perpetúa.
Cerramos los ojos y bailamos,
escuchamos, sentimos, volamos.
Oculto el paso del caracol
y lejos los girasoles al sol.
21 de abril de 2017
Uno
Debí haberla llamado esa mañana.
Ayer intentó fugarse,
con pasos sordos de porcelana.
Ayer intentó fugarse,
con pasos sordos de porcelana.
Fue a finales de los fríos comienzos de las flores,
empujados por el naufragio del olvido
-Hay destinos que se hacen de dos-
empujados por el naufragio del olvido
-Hay destinos que se hacen de dos-
En la penumbra, con mis ideas borrosas,
tejo y destejo la trama.
¿Se acabó la tinta o se cerró el telón?
tejo y destejo la trama.
¿Se acabó la tinta o se cerró el telón?
El reloj me da la hora al revés,
y cuestiono
¿procede el punto al párrafo?
y cuestiono
¿procede el punto al párrafo?
Por Juan Gregorio Rivas
10 de marzo de 2017
Poema VII
Poema VII
Fugaces, entre suspiros y relámpagos
como perdidos mirando la piedra.
Colibríes por accidente
nos miramos pensando en flor.
Fugaces, entre suspiros y relámpagos
como perdidos mirando la piedra.
Colibríes por accidente
nos miramos pensando en flor.
Hoy en la antesala del telar
escapo a la rueda.
Pienso en plural la negación
y la extensión.
Poema IV
Ser eterno, a cuenta gotas
Vivir dentro de un horizonte azul cristal,
caer y caer.
Vivir dentro de un horizonte azul cristal,
caer y caer.
Atrás del arrayan
un trazo sobre la tierra
un trazo sobre la tierra
vuela y vuelan latidos.
Su mirada muda,
pausada y penetrante.
pausada y penetrante.
una tempestad puede pasar
en su profundidad de ser
sin inmutarse.
sin inmutarse.
Golpes secos de la
tierra,
El chiflido del viento en su rostro,
pieles secas y sudor
El chiflido del viento en su rostro,
pieles secas y sudor
Todo lo invade esta mezcla:
soledad y melancolía
en contra del mundo que perece
soledad y melancolía
en contra del mundo que perece
5 de agosto de 2016
Te para tres
5 A.M.
La brisa helada, las notas cálidas
viajo esperando un encuentro, sin adiós.
Un viajo tango ronco me canta
sus penas de madrugada
-me abrigo por parpadeos
y el hielo del fernet entumece mis labios,
el saco me espera, estrujado en la silla,
mientras contemplo sombras sobre luces rojas -
La brisa helada, las notas…
sonámbulo entre cemento y jungla.
destentillado juego - ¿O fatigado?
a los desencuentros
viajo esperando un encuentro, sin adiós.
Un viajo tango ronco me canta
sus penas de madrugada
-me abrigo por parpadeos
y el hielo del fernet entumece mis labios,
el saco me espera, estrujado en la silla,
mientras contemplo sombras sobre luces rojas -
La brisa helada, las notas…
sonámbulo entre cemento y jungla.
destentillado juego - ¿O fatigado?
a los desencuentros
Ser árbol.
Me convierto en árbol, en porcelana fría, artesanías
olvidadas en la tierra, en pullover, en lana de vicuña, de llama, en bordado
que deviene a poncho, a trapo y vuelve a la tierra donde nace el árbol.
Soy árbol, alegría, nube y agua que cae, surca montañas y se
vuelve arroyo; ríos que alimentan árboles.
Mi esencia: algarrobo, caldén o chañar, en el fruto que las
paisanas transforman a arrope. De dulce a higo, a higo del árbol, al que me
convierto para lavar mis penas y mi soledad.
Soy el árbol solitario, rodeado de gente, de otros árboles.
Soy el árbol citadino, al que no miran, de poca importancia. Soy árbol de
parque, egoísta, imprescindible, luego desplazado por otros árboles bellos, muerto
por hachas.
Me convierto en árbol triste… en sonrisa.
Soy árbol de bosque rodeado de más árboles, árbol que
brilla, canta y danza.
También me convierto en rima, en canción. Soy melodía de la
guitarra, del bandoneón y del violin. Vuelo de la chacarera al tango, soy
zamba, zamba del algarrobo, de su pan y de su pueblo tapado, excluido.
Arbol que ajusticia y dignifica. Planta, mazorca, humita o
locro. En guiso para llegar a cada hogar, y sentir labios curtidos o labios
suaves. Escucho suspiros al llegar o al irme.
Me siento solo y acompañado, también amo, peno y río. Me
convierto en árbol, en vida, en amistad. Quiero ser abeja y polinizar el girón
de la flor, caldén, quebracho, chañar, llama, vicuña, guanaco y puma de
nuestros pagos y nuestro sol.
Soy árbol, soy vida, soy yo: Sergio que siente y vive, que
ama. Instante y eternidad, efímero como las hojas del otoño, como la vida del
árbol en primavera.
Soy vida, soy árbol, soy yo, agua o rio, vasija y poncho,
lana, soy árbol y soy yo.
Texto 2.
Flotan burbujas en el aire denso, se esconden mentiras en la
noche. Entre chismes, pasquines y distopias asaltan al conejo de Alicia. El
reloj cayó y se golpeó en el lacio oscuro, en los rulos que sonríen, en la
zamba que espera lejos y es recordada en el brillo del cristal destrozado.
Las manos dejan escurrir la arena, que vuelva al mar, al
horizonte, al sol que abraza a la tez trigueña, delicado castaño. Resiste a la
leve brisa y a sus rumores o sus trampas. Se juega el pellejo en cada mano que
engaña y revira mirando sereno, altivo y confiado.
Un solo título, una letra ponderando mensajes que agachan a
leones, elefantes y comadrejas. Añora cuando el eco volvía limpio y sincero.
Actúo ciego, en praxis renovada que florece en primavera, en
el camino del Inca recordando glorias pasadas y sagradas.
Por último, levanta el pescuezo solo para repetirse palabras
incesantes, esperanzadoras y luchadoras
con sabor a poco.
2 de julio de 2016
Poema de Bar
Velas, cervezas y penumbra
relucen tus destellos cálidos.
Absorto en tu comisura
sonríes, vuelo y sueño
-Te leo Cortazar, bajo un árbol
cierras los ojos
las olas calman mi susurro-
sonríes desde el allá.
Vuelvo, al bar, a su música.
nos separan tantas velas,
garabateo estas letras, la moza
el papel en la densidad
mi nombre cerca del fuego,
a la penumbra.
relucen tus destellos cálidos.
Absorto en tu comisura
sonríes, vuelo y sueño
-Te leo Cortazar, bajo un árbol
cierras los ojos
las olas calman mi susurro-
sonríes desde el allá.
Vuelvo, al bar, a su música.
nos separan tantas velas,
garabateo estas letras, la moza
el papel en la densidad
mi nombre cerca del fuego,
a la penumbra.
20 de marzo de 2016
Poema III
Intensa, misteriosa
Hoy tormenta anunciada
se cierra el capullo fuerte, aprisionado
dos puntos marcados con tensión
fuerte, apasionada
suspira el viento al algarrobo
hojas contra hojas
el Puma busca resguardo
Lento, sereno
delicado empieza el eclipse
la oscuridad en silencio
libres mueren, viven y duermen
Hoy tormenta anunciada
se cierra el capullo fuerte, aprisionado
dos puntos marcados con tensión
fuerte, apasionada
suspira el viento al algarrobo
hojas contra hojas
el Puma busca resguardo
Lento, sereno
delicado empieza el eclipse
la oscuridad en silencio
libres mueren, viven y duermen
Suscribirse a:
Entradas (Atom)