…Se
despertó sobresaltado a la mañana, mira el reloj y el horario marca las 7
mientras el minutero se encarga de confirmar que son en punto, tuvo un extraño
sueño, tiene esa certeza, duda unos instantes y luego se levanta, se calza el
jean azul y una remera con el cuadro del grito “incrustado” en ella, va al
baño, se mira frente al espejo, se lava los dientes, hace bucles, escupe, se
vuelve a mirar el espejo, visualiza una pequeña lastimadura arriba del labio,
luego se peina rápidamente y sale al comedor, lo atraviesa para llegar a la
cocina, pone la pava, espera a que hierva y luego prepara un café al cual lo
desayuno con criollitos tranquilamente, todavía no hay apuros piensa mientras
de fondo escucha el tac de las agujas. Termina el café, recoge la mochila y
parte rumbo a la facultad, pero cuando esta a tan solo cincuenta metros de la
misma algo le susurra que hoy debe faltar. Sereno desvía su camino hasta el
parque, llega a él, se sienta sobre el pasto y mira hacia el frente perdiendo
su mirada. De repente alguien se asoma, una chica quien se sienta cerca, él la
relojea y ella le regresa una sonrisa, él se levanta, se acerca y ella lo
espera. Un simple hola es lo primero que él puede sacar de su boca, ella
responde simpáticamente –Hola, ¿eres de por acá?- el asiente aunque la pregunta
en si puede resultar ambigua, el asiente –Si, ¿vos no cierto?- se arriesgar y
para su suerte atina, ella le hace saber que es de Rosario y él me permito
aclararles es de acá (de Córdoba) –Rosario- él replica con cierto aire
nostálgico, recuerda haber visitado aquella ciudad hace un par de inviernos,
haber visto el monumento de la bandera, del che, asistir a un par de conciertos
y concurrir a bares dispersados, eso lo recuerda, lo piensa, lo charla y ella
lo escucha, pocas veces oye hablar de su ciudad natal con tanto entusiasmo…
Estando en plena charla ella saca de su bolso un termo y un mate, él le
pregunta sobre gustos musicales y se alegran de compartir una “banda de bandas”
los guns, the Beatles, sui generis, pink Floyd, etc y de solistas: Charly,
Leon, Clapton, Ray Charles, Piazzolla, etc, etc, etc…
Hablan, se conocen, en algún momento preciso se deben
haber terminado los mates pero ellos ni cuenta se han dado, solo regresan a
tierra para percatarse que en algún momento deberían comer, deciden caminar
hasta un puesto de panchos con salsa, uno para cada uno, poco antes de llegar
al puesto en cuestión, el destino quiso ponerlo a él en ridículo haciéndolo
tropezar, cae sobre unas raíces de árbol y se lastima arriba del labio, -¡qué
raro!- pensó él, igual eso no lo detiene a levantarse rápido mientras hace una
pequeña broma para salvar, por lo menos un poco, lo que él se figura como un
papelón. Luego continúan, llegan al puesto, piden y comen los panchos y se
entregan de vuelta al tiempo quien se compadeció de ellos y le entrega un par
de alas para el disfrute de las nubes, el cielo, la briza y de aquel mundo
hecho solo para ellos que los espera, un mundo de ilusiones, alegrías y
aventuras, pero el tiempo a pesar de todo es contado y por desgracia en algún
momento deben bajar, por ello advierten que la noche llego y ella debe irse
antes que se haga demasiado tarde, el la acompaña hasta la parada del
colectivo. Por suerte el colectivo viene demorado, a veces todo se complota
para ayudarlo, aprovecharon ese tiempo para charlar un poco más, pero ese
maldito colectivo en algún momento debía llegar y llegó, ella luego de robarle
un beso de despedida sube al colectivo, el cual la espera y justo cuando este
arranca y el con su mano derecha la saluda, justo ahí, el reacciona ¡¡¡volvió a
pasar!!! Repara que en ningún momento se preguntaron la dirección, nunca se les
ocurrió pensar que los dos podrían tener teléfonos o mails, saludándola ahora
con tristeza advierte en el ojo de ella una lagrima quien también se da cuenta
de ese gran error. Y en esa confusión, pensando en el cómo pudo ser, es que se
desespera y de golpe despierta sobresaltado, mira el reloj, son las 7 de la
mañana y el tiene la certeza que tuvo un sueño extraño…