29 de febrero de 2012

Adelantado


Me adelante al tiempo
y me adelante al olvido
perdiéndome entre pájaros y liebres
perdiéndome entre mariposas y luciérnagas
allá donde lo lejos queda cerca
allá a lo lejos donde todo esta cerca
en esos momentos quienes parecen eternos
en esos días cuales pasan de a poco
todo era nada ya pero...
todo era ya algo aunque sea eso
y dudaba de ser lo que creía ser
y dudaba de mi en ciertas ocasiones
como un relámpago creyéndose eterno
como el universo creyéndose efímero  

26 de febrero de 2012

Sucesos precipitados


La lluvia cae fuerte mientras las gotas impactan contra el suelo provocando estrepitosos ruidos en escala diminuta y un loco grita incorporándose a le escena situada en la esquina de la cuadra, un loco vociferando a los cuatro vientos, a las cuatro calles aunque nadie lo escuche, se pierden sus palabras entre las paredes y los edificios, se pierden entre los pocos árboles de una ciudad, solo algunas se cuelan por ciertas rendijas de puertas y ventanas, por esas pequeñas imperfecciones. Ya ninguna ventana, ninguna puerta queda abierta, todos corrieron a cerrar las aberturas ante la caída de la primer gota, pero decir todos incluye exagerar por demás, es excluir esos pocos casos particulares, es olvidarse de las excepciones, pisarlas como si fuesen una porquería, decir todos es decir puras patrañas, pero a veces esas malditas palabras huyen de mi mente impregnando el texto con su esencia y aunque cuesta sacarlas se las puede retar.
Retrocedamos en las palabras, demos saltos en el retroceso, juguemos con las letras y el tiempo mientras regresamos al “no todos”, a la “excepción”, este loco en la esquina ya empapado por la balacera de gotas entra en “uno de esos pocos” le gusta la lluvia y al parecer gritar frases e incoherencias y fusionarlas cuando le es posible. Le propongo querido espectador: acerquemosno a él, metamosno debajo de la tormenta y agudicemos nuestros oídos, escuchemos esas palabras proferidas -Los rojos atolondrados se precipitaron en algunas flores, también los he visto usurpando remeras y algunos saltando entre zapatillas pero los verdes señores, señoras, señoritas y señoritos son los amos de las plantas, son sus reyes hasta que los amarillos se revelan pero no logran sostenerse, (quizás necesiten algún bastón), caen de a poco, uno a uno hasta que su permanencia se torna insostenible y las que quedaron caen todas juntas para después perecer con sus compañeras, formando un guerra cíclica entre verdes y amarillos donde los azules no participan, ellos prefieren quedarse en el agua calmados sin inmiscuirse en asunto ajeno, observando a nadie mientras tanto los blancos que aclaran las cosas y los colores convierten a los azules en celestes y conviven con ellos en el cielo haciendo de ojos para observar desde lo alto la guerra entre amarillos y verdes, a veces ven a las plantas agotadas por ser el campo de guerra y el blanco le pide ayuda al negro, juntos se mezcla en la escala de grises para cubrir al cielo entero, el gris conmovido llora y las gotas riegan las plantas pero a veces llora tanto y tan fuerte que se dice, entre vientos y sonidos, se produjo una lluvia torrencial... Hoy el cielo debe estar en esas tristezas pero con su tristeza busca alegrarnos, es una lástima que nadie lo vea y todos se escondan en sus casas con ventanas cerradas.- El loco no me escuchó cuando hable de “todos”... El loco habla de los colores, parece un artista con un cincel, no distingue sobre donde estaba parado o por lo menos nosotros no lo distinguimos, incluso puede poseer las cosas más claras en comparación a varios de nosotros o solamente una perspectiva completamente diferente de los sucesos, a través de su imaginación crear 3000 mundos diferentes mientras vive en todos y en ninguno a la vez, viviendo en uno más después del último con su mirada fija en los otros 3000.
Firme prosigue hablando, esta vez susurra obligándonos a prestar más atención a cada palabra, a cada articulación, a cada minúsculo movimiento de labios -No esta engañando, yo los estoy engañado, soy pura chachara aunque una chacarera no se la niego a nadie, prestenme una guitarra pa' hablarles del engaño- hizo el ademán de recibir una guitarra

Nos han engañao
las gotas son ficción
no mojan ni han volao
yo no estoy ni empapao

Nos han engañao
el cielo no ha llorao
la tierra no grita
ni siquiera susurra

Nos han engañao,
naides ha reclamado
no hay gritos en la pueblada
es por ello que esto pasa

nos han engañao
y habremos de pagar
nuestros pagos se han perdido
y habremos de perdernos

Fijese en sus bolsillos
mire su felicidad
y permitame decirle ya
que nos han engañao.

Luego simula romper la guitarra y correr hacia el sur pero se queda quieto, se sienta solo para suspirar aunque despues rompe en llanto, se larga a llorar para mezclar sus lágrimas con las gotas, esta acurrucado en el suelo, algo desolado y mudo, deja correr al silencio para invitar a su mente a hablar a solas -Hice todo lo posible sin poder advertir acerca del peligro de los lapices, los hay de todos colores y de todos los tamaños, hay algunos que dibujan, otros que escriben y algunos afirman haberlos escuchado cantar, los lapices son peligrosos y son capaces de expresar tantas osas, quizás debamos rápido encarcelarlos y con ellos encarcelar sus ideas también- Hablaba para sus adentros con el disgusto de quien no comparte esas ideas, de quien las aborrece deseando a la vez auto-convencerse de algo que le escapa a su propio poder, calla por ello aunque de él ahora en un tono feliz sale la siguiente canción:

Habrán tiempos
cuales las endorfinas bailarán
por las calles de la vida cantarán,
a los ojos se mirarán
y sus corazones brillarán.

Habrán tiempos
cuales las endorfinas bailarán
por las calles de la vida cantarán,
al mundo alegrarán.

Habrán tiempos
cuales las endorfinas bailarán
por las calles de la vida cantarán
y las personas transitarán,
por las mismas calles lo harán.

Habrán tiempo
cuales las endorfinas avanzarán
y a tantas personas conquistarán
que al mundo alegrarán.

Habrán tiempos de felicidad
donde todos cantarán
y las endorfinas bailarán

Habran tiempos
donde todos cantarán,
donde todos bailarán,
cantarán canciones para bailar
y bailaran canciones para cantar.

Pero las gotas precipitadas en secuencia anacrónica fueron esfumándose y una neblina tardía nubla nuestros ojos, el viento sopla fuerte llevando consigo las voces que comienzan a gritar haciendo de coro al loco de la esquina quien todos creemos que se mantiene inamovible ante el viento pero la bruma es espesa ya y ni siquiera nos permite distinguir la silueta, una esfera que nos rodee, de metro de radio, nos será imposible divisarla. Estar cada uno dentro de un domo se convierte en una posibilidad, quizás alguien pueda ponerlo sin que nosotros nos demos cuenta... Luego el mismo viento emprende la labor de llevarse las nubes y la neblina en esa secuencia de imágenes convertidas en suceso, imagen por imagen se lleva un poco de neblina y alguien quien saque mil y un fotos una seguida de la otra, verá en la mil uno la esquina completamente vacía, verá la ausencia cual a pesar de todo, en mí, no creó sorpresa, el viento se llevo al delirante o al revés debido al cese del mismo.

21 de febrero de 2012

Del otro lado (completo)

Bueno, estoy en una indecisión, no me decido cual de las dos versiones poner por lo que he decidido cargar las dos, una llamada "del otro lada (largo)" incluye los recuerdos y la trama a pesar de mantenerse se le es incorporada una nueva trama mediante los recuerdos y eso mismo me motivo a hacer la versión más breve que es una edición de la larga donde los recuerdos fueron anulados y la adjunto como "del otro lada (breve)".
Los enlaces de descarga están en comentario ya que allí esta habilitado el comando para subrayar y copiar, sepan disculpar las molestias...


Dibujo hecho por Brenda Opazo para el cuento "Del otro lado"

15 de febrero de 2012

Del otro lado (parte 3)


Fue en la universidad cuando nos separamos, fue por aquellos años cuando empezó a estar cada vez más sumergido en la sociedad, entrando incluso a la conformidad, esa fue una de las disonancias, una de las tantas, ¡él, un conformista! Y yo rotundamente me negaba a serlo, fueron largas discusiones, a veces duraron días y él bajo quien sabe que especie de juez entro a ganarlas, quizás el juez del cansancio ese que ahora debe haberse tornado en contra y lo apabulla, él las gano, todavía me pesa ¿a costa de que las gano? Lo cierto es que las gano deseando ser derrotado pero yo no pretendía insistirle, no, prefería mantenerme un tanto distante, en el fondo lo abandone porque siempre quise que me busque, no quería insistir, con eso seguro no lograría nada, pero tantos años pasaron ya, ¡tantos! En ese entonces cuando vine no estaba vestido así, ¡no! estaba vestido de otra forma, tenia puesto un Jean, los dos teníamos el misma Jean porque claro, los dos éramos uno mismo en ese momento, todavía no había ninguna separación, veníamos distantes de hace meses pero no todavía en la forma de vestir, los dos llevábamos una remera con dibujos en ella pero no recuerdo como eran. En ese entonces yo me vine hacia acá y con los años fui cambiando la ropa, debo haberla ido cambiando según la iba cambiando él, yo un día tenia bermudas, otro día un pantalón pero siempre presentaban en mi el mismo formato, en otras palabras el tenia un pantalón bonito, nuevo y yo tenia uno igual pero más rotoso. Las ropas formales que el empezó a usar no me gustaban, pero al ser parte de mi debíamos tener la misma ropa, por eso los dos estamos con esta camisa, con este pantalón, con estos zapatos, los dos iguales. Cada vez que cambiaba de ropa me percataba de sus cambios por el estilo pero como hace tantos años que no había cambio me olvide de que ambos usamos la misma ropa, fue una eternidad donde la imagen presente es con esta ropa. Ahora, al verlo, recuerdo de todos estos cambios, pero siento que paso una eternidad, hace tanto que no cambio de ropa, hace tanto que no tengo el gusto o ese sentimiento que tenía de ver en que me estaba convirtiendo que ya me había olvidado… Pero sigo inspeccionándolo, sigo buscándolo para ver si en algún momento encuentro aquello que el quiere, me acuerdo todavía de aquella ropa, me encantaba no como esa que usa ahora, de traje y corbata.
Para él los años pasaron, pero para mi no, mi cabello no ha cambiado durante quien sabrá cuantos años, es parecido al de aquella época pero más desprolijo porque nunca dejo de crecer y nunca me lo corte, es parte de mí, es mi esencia y no deseo un corte como el suyo, un estereotipo, lo esquive antes y lo esquivo ahora. Los años en la linealidad del tiempo para mí no pasaron, me quedé estancado mientras los suyos transcurrían, envejeciéndolo, parece tener como cuarenta años. Lo deje a una edad cercana a los 20, en una época bastante especial, era invierno y en ese entonces nos encontrábamos en plena época de parciales por ello no se percataría de mi huida, de haber quedado abandonado. Meses después, un día de verano, mientras tomaba una cerveza fría, relajado se acuerda de mí, se da cuenta que me fui, aunque no se realmente si esto paso, realmente esa era mi ilusión, así creí que se precipitaría el recuerdo ante el olvido, pero en esas intenciones pretendía que viniese a buscarme, cuando el tenga tiempo para pensar seguro se acordará de mí y me buscará, era una simple pretensión, casi una sentencia, ¡Pero fui un iluso!
Después de todo SOMOS parte de algo: SOMOS una dicotomía, SOMOS una disyuntiva a partir de esa dicotomía. Yo como un recuerdo en su mente, él como un recuerdo en mi mente, disimulados ante la eternidad.
Tantos años pasamos en esta habitación que al estar tan familiarizado con ella me olvido de todo lo que la misma encierra. Nos encontramos sumergidos en una oscuridad selectiva pero no progresiva por el hecho de la lejanía, más bien por el hecho de la cantidad de cosas que no separan en esta habitación, cosas que deben iluminarse a su debido tiempo. A él lo puedo ver, lo veo claro pero lo veo gracias a los intersticios existentes entre la cantidad de objetos los cuales nos separan en este espacio, y él gracias a lo mismo y a la oscuridad presente no me puede ver. La habitación no esta vacía como se atina a pensar cuando no hay ninguna aclaración de sus contenidos, ¡no!, la habitación esta repleta y puede ser tortuoso su recorrido entero, esta repleta de cosas pero no cosas como una mesa, aunque una imagen de la misma, de alguna en particular, debe estar por aquí porque eso a lo que genéricamente le llame cosas es algo más especifico, son recuerdos: de la infancia, de… ¡Esas son las hamacas de cuando éramos niños! Las sillas, nuestro ropero, aquellas son imágenes de nuestros amigos, pero después abandono aquellas amistades y dejo sus imágenes aquí, las cuales a veces aprovecho para recordarlos, para hacer como quien los frecuenta, jugar con imágenes, con recuerdos y contentarme con ello por la imposibilidad de poder ir a verlos. Ahora él se encuentra allí, seguro añorándolos al encontrarse ahora rodeados por mascaras, por amistades falsas, por lazos unidos al estar netamente en sociedad, los de ahora son como ficciones, representa personas presentes mientras están realmente ausentes y esto debe haberlo asustado para que salga huyendo a buscarme, deseo suponer que llego aquí buscándome.

10 de febrero de 2012

Del otro lado


“el hombe que fui se perdió y el que soy salió a buscarlo”
Pedro Verlaine

Aparece por esa puerta escapando de alguien o de algo, se lo percibe en su rostro, preso de desesperación, agitado de tanto correr, atino a pensar. Yo lo observo desde lejos, no me atrevo a preguntarle nada, además él ni cuenta se da de mi presencia, apenas entró cerró la puerta, acto seguido se sentó con la espalda apoyada en ella. Huye, eso es indudable, resulta fácil dar con dicha opción, pero surge un interrogante inevitable, ¿de quién huye?, esa pregunta me sofoca, ese interrogante, esa duda me lleva a inspeccionarlo de pies a cabeza y de cabeza a pies, no me atrevo a emitir ruido, ni uno solo si se los puede contar, ni siquiera el mínimo chasquido, prefiero esperar que se calme, que se sienta seguro y tome confianza en este ambiente al cual, quizás accidentalmente, en tal desesperación osó meterse.
La habitación se encuentra sumergida en la oscuridad pero no homogéneamente, mientras más cerca se este de la puerta mayor será la claridad, yo estoy completamente en la oscuridad y es este el motivo por el cual puedo verlo sin darse también al revés. Estamos los dos sumergidos en el silencio, en el silencio de la habitación, silencio cómplice, en cambio afuera es perceptible un silencio perturbador como ese que precede a las tragedias pero tampoco exactamente, posee algo más raro, algo entrecruzado en ese silencio, algo sujetado a este lo convierte, lo mezcla y yo me estaba dejando llevar por ese silencio, pero me doy cuenta y vuelvo a dirigir la mirada sobre aquel hombre, sentado allá, lo observo detenidamente hasta que llego a una de sus manos, siento algo extraño e inmediatamente retiro la mirada pero soy curioso y vuelvo esta vez ya prevenido sobre su mano, de ella brota sangre, el hombre está herido es la conclusión fácil, pero sobreviene algo difícil, está herido pero sin embargo aquello que brota no es sangre, el liquido no es rojizo, es más bien azulado, ¡sí!, increíblemente es azulado, yo también estoy sorprendido y me provoca más extrañeza aún. ¡Quizás!... ¡quizás! No hay caso, me quedo mudo de pensamientos, en el quizás no se me ocurre a que atribuirle ese liquido, pero me deja una impresión de soledad, algo frío, ¿Será el azul? Me atrevo a preguntar, quizás su soledad este herida después de todo el hombre es un ser que anhela la sociedad pero este hombre parece huirle, parece haberse encontrado sumergido en ella por una eternidad, pero una eternidad enjaulada en minutos, horas, días, hasta años, en un tiempo efímero y ahora parece huir de esa gran pileta en la cual casi se ahoga, su desesperación debe provenir de allí, ¿Acaso yo no hice lo mismo hace años cuando estuve herido?, ¿Acaso él no es mi reflejo? se me viene a la mente esto último y me obliga a mirarlo de nuevo, lo miro ahora no como alguien que me es completamente extraño, lo miro con curiosidad, observo bien ahora sus facciones, su corte de pelo tan formal, su saco, sus pantalones, sus zapatos negros lustrados, sus medias de vestir y me comparo, toco mi camisa a rayas, mi barba que ya no soy consciente de cuánto tiempo lleva creciendo, el pelo en la misma condición, mi pantalón ahuecado, mis zapatos negros gastados, mis med… Pero ese detalle antes no se me cruzó por la cabeza, mis zapatos son iguales a los suyos, entonces fijo mi mirada en su saco, en las intersecciones del mismo descubro una camisa a rayas y para mayor sorpresa es igual, él soy yo pienso o ¿yo soy él?, estamos reunidos en la misma habitación. Él vino huyendo del exterior, debe estar cansado de la etiqueta supongo, el debe estar apabullado, huye pero quizás no huye de ellos, puede estar huyendo de sí mismo.
Me resulta raro seguir hablando de él si él soy yo pero no lo siento así, no lo siento, se que somos lo mismo pero somos la disyuntiva de una dicotomía parados en la eternidad del instante y sin preámbulos continuo inspeccionándolo, todavía analizo el porqué de aquella escapada, su fundamento y saco argumentos evaluándolos para cerciorar su veracidad, intento buscarlo, descubrirlo, encontrarlo, lo veo cansado, cansado de luchar, ¿pero contra quien? Contra sí mismo, contra ellos, contra mí que estoy escondido (en realidad oculto), contra la nada o contra el todo, ¿pero contra quien? Repito, necesito respuestas, soy un ser hambriento de ellas, pretendo conocerlo, quizás podamos ser amigos, cansado debe estar de ser lo que es, una sola estructura tangible, de ser también lo que se espera de él, de ser cuadrado a secas, de tener solamente las virtudes aceptadas y porque no, los males aceptados, ¿De qué estará cansado? Repito varias veces mirándolo de reojo. De pronto interrumpen ruidos provenientes de afuera, pongo atención, son voces gritando, cosas en movimiento, me detengo a escuchar los que creo ser rugidos de los edificios, ahora los bramidos de las calles, las lágrimas de los arboles, su goteo continuo, el dolor de las plantas con sus gritos mudos, esas malditas risas siniestras de unas pocas personas, en otras palabras me detengo a escuchar al mundo exterior, quizás mi oído conecto con el de él pienso, pero ¿Quién exactamente es él?, agobiado vuelvo en mí y recuerdo que permanezco aquí en esta habitación encerrado hace ya tanto tiempo que no puedo recordar cuanto y para colmo tengo ahora la visita inesperada de él, puedo decir inoportuna pero qué razón hay para decirla inoportuna si antes de su llegada me encontraba aquí, tal vez en la penumbra, pero aquí solo en el silencio y en la seguridad de esta habitación, me encontraba a gusto aunque siempre sentía la falta de algo, una ausencia y a causa de ello no estaba del todo a gusto, ese algo a veces me afligía, a veces lograba apoderarse de mí, pero ustedes ya me conocen en demasía, ya les he estado hablándoles horas de mí en otras ocasiones, horas cuando estaba solo pero ahora estamos ante la presencia de un huésped, un conocido huésped.




Ahora lo veo y no puedo dejar de pensar que él fue un viejo amigo mío a quien un día lo perdí, ¡Sí, un día! Fue aquel día que me refugie aquí recuerdo ahora, en ese entonces ninguno de los dos era así, ninguno de los dos pero algo ya nos perfilaba, había algo en nosotros que nos llevo a separarnos, una cierta discoincidencia, yo me refugie aquí, no pretendía cambiar, quería permanecer inmutable, mi esencia prolongada en la eternidad, suena lindo ya decirlo, aquel día me fui sin decirle adiós, tampoco le di instrucciones para buscarme, ¡claro! Por eso me sorprendió verlo entrar por esa puerta, que iba a imaginar que de tantas puertas y de tantos posibles huéspedes él, justo él, en función de huésped entrase equivocadamente por esa puerta. Yo me fui sin darle instrucciones pero ahora recuerdo haberle dejado pistas. Sí, deje pistas, ansiaba irme, alejarme pero deje pistas, las deje para que pudiese buscarme cuando lo necesitase, en el fondo esa era mi intención, que me buscase y ahora que está convaleciente me encontró. Ahora me entra la duda, quizás no fue un accidente, en tantos años seguro debe de haberme buscado en una o más ocasiones, tal vez hace años me encontró pero nunca se atrevió a traspasar la puerta. Una vez vino alguien, podría haber sido él, lo sentí del otro lado mirando hacia la puerta, creo que permaneció durante horas pero después se retiró como quien se hubiese equivocado, recuerdo que aquella vez mi corazón se lleno de esperanzas, se lleno de regocijo ¿y cómo no se iba a llenar sí fue tan solo unos pocos meses después de que me separe? Y solamente ahora, luego de transcurrida una eternidad el desgraciado acude a mi puerta, convaleciente. ¿Pero pudo haber resultado herido en la huida? Debería de estar cansado de ser a partir de lo que hacen con él, entonces es lógico que emprenda esa difícil huida. Sí, mucho valor debe haber tenido para atravesar esa puerta o mucha desesperación, no importa si total la desesperación suele infundir accidentalmente valor al desdibujar los límites del miedo y el temor, pero también puede haberse dado que ese camino difícil por cual debió venir haya producido la desesperación.

Huía, huye, eso está por demás claro.
Vino a mi encuentro, eso no puedo asegurarlo.
Me encontró, eso está también claro
Pero él no lo sabe, eso tampoco puedo asegurarlo

Pero no lo sabe o se hace el distraído, he aquí la cuestión y permanece ahí tendido en el suelo, tan calmo ahora pudiendo ser eso lo encargado de brindarle la seguridad presente. Puede ser, sin embargo no pretendo darle el gusto de descubrirme, no aún, quiero inspeccionarlo más, deseo llegar hasta los lugares más alejados que mi vista y mis sospechas puedan alcanzar.

(continuara)

9 de febrero de 2012

A Baltazar Garzón


Lo festejan cuando en argentina
a los mlitares condena
lo festejan cuando se mete en chile
con la dictadura de pinochet.
¡Pero por favor!, en españa no se meta,
señor Garzón no lo haga
que el franquismo es cosa del pasado
y mejor olvidar pasados oscuros.
No revise la historia,
deje las heridas cicatrizar,
no las remueva,
mejor... ¡mejor olvidar!
Olvidemos todos
y olvidemos el repudio,
olvidemos los rencores y los odios
perdonemos y compadezcamos
dejemoslos libre en el mundo,
los crimines reposan en el pasado.
Hagamos todo eso,
yo se los propongo,
sigan esa receta
¡¡¡sin chistar!!!
para que en el futuro
cometamos el mismo error.





Conocí la historia de Baltazar gracias a Saramago, hoy me entristece saber que lo han inhabilitado como juez después de haber ido tras los crímenes protagonizados por el franquismo en España

6 de febrero de 2012

¡El famatina no se toca!



El famatina no se toca
grita el pueblo al unisono.
El agua no se negocia
grita el pueblo coreando.

El famatina no se toca
pide la tierra ayuda,
el agua no se contamina
pide la tierra desesperada.

El agua no se vende,
el cianuro no se precisa,
el agua no se vende
y la tierra no se contamina.

Son gritos del pueblo,
es la movilización de la nación.
Son los animales y las plantas,
es la misma naturaleza quien pide ayuda.

La tierra no callará,
la naturaleza se revela,
el hombre no es amo, tampoco señor
solo es un eslabón.

se extrae oro
y se deja cianuro.
Se extra vida
y se deja desolación.

el mundo sufre,
las empresas se nutren,
el mundo se destruye,
las empresas se construyen.

Empresas de la muerte
ansiando oro,
ansiando destrucción,
ansiando solo poder.

La vida se defiende
el oro es prescindible,
las calles se pueblan
es la gente que dice ¡basta!.

2 de febrero de 2012

Ficciones camufladas




Nunca te pasara nada mal si estas allí donde estas, tu no sabes de ti ni nada de ti sabrás más, serás un nacido del destino incierto, incierto por su incapacidad de determinar mil y un giladas. No sabes nada de hadas y no quieres predeterminar voluntades y no quieres creer ya en ese superhombre que le rehúye al prójimo. El próximo serás tu que nada sabrás del bien si ni te atreves a cuestionar la doctrina reinante de tu ahora-presente.
Y te vencerá una insolación presente en tu propia mente. Nunca pasaras de esa pequeña rendija que deja colar un poco de luz a esa habitación sumergida en la oscuridad que te atormenta, te atormenta a vos y te dejas endurecer a cada segundo. Te revelas a someterte a ti, sin revelarte a someterte a ese sistema quien solo busca someterte.

Gil, 
gil eres que no intentas revelarte
 gil,
 gil eres que en esa ilusión de pensarte revelado prefieres quedarte 
gil,
 gil eres de mentirte en esa sequedad 
gil,
 gil eres que dejas imbuirte de esa mentira social


Te dejas empaparte de esa ficción presentada como realidad, aunque no quieras tragarte tanta basura ni tanta mentira metódica pero te obligan a cada paso hacerlo y no la quieres digerir pero no tienes vía escapatoria, aunque a veces te acuerdas del vomito, ese último recurso surgido por tal apestosa comida.
Pero no eres conciente de vivir en un día loco por demás, que esta de pelos cuando te niegas a ver ese mundo verdadero y sombrío del cual estas rodeado, tu vives ficciones, prefieres vivirlas.