-Hubo un grito, ¿Donde?. En aquella
dirección, ¿Lo escuchaste?. No, creo que no, ¿Estas seguro de que
escuchaste un grito?. Tal vez si, lo sentí cerca, casi pareciera
estar cercano y sin embargo el sonido era lejano, estoy seguro que
hubo un grito, pero... Yo no escuche nada, ¿Cómo puedes estar
seguro si aquí somos dos y, cada uno esta del lado opuesto?. Qué no
lo hayas escuchado no necesariamente debe ser una oposición, pero si
resta posibilidad al significar ausencia. Bueno, pero ahí vemos una
oposición, yo digo ausencia y tu, presencia. Si, debo reconocer que
desde esa óptica la hay, ¡Diablos!, ahora te di el argumento
indicado, pero el grito pudo haber estado siempre y sin embargo no lo
escuchamos, o lo escuchamos diferido, o solo uno lo escucha y este
era... era un grito diferente, un grito interno y externo. ¿Qué
quieres decir?, ¿Qué, no hubo portador?. Parece que a pesar de todo
algo de claridad sale de mi, ese “grito” es algo ahí, en el
aire, que puede desvanecerse, algo presente preparado para
interrumpir algún oído, pero no cualquier oído... ¿Cómo dices?,
¿A qué te refieres con “no cualquier oído”?. A que el oído
debe estar dispuesto a escucharlo, podemos oír pero a veces nos hace
falta escuchar y, cuando estamos dispuesto a lo segundo no podemos
sorprender, incluso, de nuestras propias palabras... pero ese grito
viene y no viene al caso, es un grito para ser escuchado, es un
pedido, hasta podría decir un ruego y yo se que quiere, me quiere a
mí, junto a otros que pudieron escucharlo, por lo pronto iré a su
encuentro, pero antes... antes deja que te diga algo. ¿Qué?.
Entrena tu oído que halla te esperare.-Hubo un grito, ¿Donde?. En aquella
dirección, ¿Lo escuchaste?. No, creo que no, ¿Estas seguro de que
escuchaste un grito?. Tal vez si, lo sentí cerca, casi pareciera
estar cercano y sin embargo el sonido era lejano, estoy seguro que
hubo un grito, pero... Yo no escuche nada, ¿Cómo puedes estar
seguro si aquí somos dos y, cada uno esta del lado opuesto?. Qué no
lo hayas escuchado no necesariamente debe ser una oposición, pero si
resta posibilidad al significar ausencia. Bueno, pero ahí vemos una
oposición, yo digo ausencia y tu, presencia. Si, debo reconocer que
desde esa óptica la hay, ¡Diablos!, ahora te di el argumento
indicado, pero el grito pudo haber estado siempre y sin embargo no lo
escuchamos, o lo escuchamos diferido, o solo uno lo escucha y este
era... era un grito diferente, un grito interno y externo. ¿Qué
quieres decir?, ¿Qué, no hubo portador?. Parece que a pesar de todo
algo de claridad sale de mi, ese “grito” es algo ahí, en el
aire, que puede desvanecerse, algo presente preparado para
interrumpir algún oído, pero no cualquier oído... ¿Cómo dices?,
¿A qué te refieres con “no cualquier oído”?. A que el oído
debe estar dispuesto a escucharlo, podemos oír pero a veces nos hace
falta escuchar y, cuando estamos dispuesto a lo segundo no podemos
sorprender, incluso, de nuestras propias palabras... pero ese grito
viene y no viene al caso, es un grito para ser escuchado, es un
pedido, hasta podría decir un ruego y yo se que quiere, me quiere a
mí, junto a otros que pudieron escucharlo, por lo pronto iré a su
encuentro, pero antes... antes deja que te diga algo. ¿Qué?.
Entrena tu oído que allá te esperare.
te felicito por la imaginación que tenes para escribir cosas asi!
ResponderEliminar