9 de mayo de 2012

Cronología de una vida


Vente, vente, gritaba la voz de una madre, te vas a resfriar, resonaba luego en aquel lugar solitario, donde ya no estaba la madre ni la niña, pero se conservaba el eco de esa voz tan dulce. El lugar, invadido por la soledad, parecía una imagen guardada en el recuerdo, inmutable en su calidad de imagen.
La niña dejo de ser niña hace mucho tiempo y su inocencia fue arrebatada felizmente, para ella, en plena adolescencia por un muchacho de quien fugazmente debe de haberse enamorado.
La niña dejo de ser niña, pero la madre siempre será madre incluso para las malas noticias, aunque nunca las hubo.
La niña fue una de aquellas que de grande tuvo la posibilidad de asistir a la universidad, ella se graduó, consiguió trabajo, tuvo muchos pretendientes y con uno perduró en el tiempo, con él se embarazó dos veces y las dos veces fueron exitosos. Esos niños de más grandes seguro irían a la universidad.
La que una vez fue niña, en un momento difícil, le tocó asistir al entierro de su señora madre, y lloró por montones. Poco después sobrevino el del padre, luego ella envejeció, se jubiló y en determinado momento el deseo de vivir en ella se marchitó. Ese día, le tocó llorar a sus descendientes y seres queridos.
No hubo nada excepcional, fue una historia de las miles anónimas...

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