¡Tac!, ¡tac!, ¡tac!, un resonar escuchado a la intemperie de su
mente, golpes secos en secuencia sincrónica, pereciendo las ilusiones acromáticas,
golpes secos retumbando en el vacio con un eco que no dejaba de aparecer.
El corría dentro de su mente aunque
afuera parecía ser una estatua, mezclando dos mundos que aparentan nunca
reconciliarse: el estático y el devenir, en continua transformación, pero solo
de mera manera simbólica. El retumbar no frenaba pero a pesar de la alteración
inicial tendía a producir calma en su
mente y el ya no corría, quizás no
correría nunca más, ahora él se entregaba a pleno en esa zamba, la abrazaba
y la agarraba sin dejarla ir, ahora esos golpes secos podrían llegar a
convertirse en sus prisioneros, pero ambos tenían cuidado, él no quería
convertirse en amo y ellos no deseaban ser prisioneros.
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ResponderEliminarpero me fui con la musica!
la verdad que es hermosa la musica que le has puesto!te felicito y gracias..
hoy reemplazaste a groveshark!!