19 de septiembre de 2012

El edificio


El edificio, cuatro mil salones dicen, “INFINITOS” gritan otros para dar una idea más acertada de su magnitud. Existe el rumor de que nadie jamás lo ha podido recorrer completo, no negare de que hay osados, aventureros que lo intentan, tampoco negaré a los charlatanes, de estos últimos sobran y… algunos quieren hacerte creer que han podido atravesar el edificio de punta a punta… También he conocido a personas que prefieren no nombrarlo, parecen temerle a su magnificencia.
Nadie sabe que hay en cada sala, incluso en algunas salas de fácil acceso es imposible decir con rigor todo lo que la compone. Los pisos son de estilos muy variados, algunos de rareza enorme, en ellos confluyen todas las civilizaciones pasadas y presentes, estando a la espera las futuras…
Una propuesta muy popular es caminar solo por algunas habitaciones con los ojos bien abiertos intentando que no se escape detalle. Cada tiempos muy irregulares se escuchan crujidos: señal del deterioro. A veces los crujidos transmutan y se escucha un sonido fuerte como el estallido de una dinamita, ¡señoras y señores! Se ha producido un derrumbe… Algunos han llegado a afirmar que, entre los estruendos que escucharon uno se asemejaba al de la bomba atómica, pero estoy seguro de que nunca escucharon el estallido de una bomba atómica, yo, en particular, nunca escuche ninguno de los dos.
Las salas, como ya se imaginarán, tienen vida útil, son construcciones, el material se carcome, simplemente perecen constantemente. Acerca de la pieza original hay de las más variadas leyendas, algunos dicen que esta por ahí, escondida en  algún rincón del edificio; incluso hay una versión que cobra cada vez más fuerza donde suponen que esa habitación ya no existe,  sin ningún calmante anuncia: “la pieza original de tamaña obra ya no existe” y se deriva de aquí que sólo quedan escombros, pero ni siquiera eso se puede saber, quizás ya sea polvo o ya sea nada, hasta queda la posibilidad que otra pieza haya sido emplazada sobre el olvido de está,  emplazada donde yace muerta como si alguna vez hubiere poseído pulso… Aquí me detengo para aclarar que no solo hay ruidos de derrumbe, también se puede escuchar el ruido de las palas y del constante martilleo, a veces cuando solo hay silencio se escucha el tintineo de un clavo.
El edificio se derrumba por partes y se construye por partes constantemente, es una tarea perpetua, fundamental para su permanencia. Casi todos creen ya que nunca se llegará a una forma definitiva. Nadie sabe aún de que están hechos los cimientos ni siquiera se atreven a decir donde están estos… Hay un rumor que afirma la no existencia  de estos después de todo, para este rumor, no son necesarios.
Lo cierto es que si no he podido crearles una imagen ya del edificio solo puedo agregarles que es monumental. En esas analogías extrañas me atrevo a compararlo a la biblioteca descrita por  Borges, pero aquí no pululan los libros (creo), pululan las salas, los techos, los pisos, las paredes…
Es algo muy exquisito, incluso placentero ver como cae una pared; se siente en el aire cuando vas pasando cerca, te miras con otros y sabes que algo no marcha, o simplemente algo marcha, todos coinciden luego en mirar hacia la misma pared que, al sentirse observada, expide un poco de polvo, y parece querer sacudirse para bañarnos a nosotros en polvo, la consecuencia: se agrieta y cruje, la pared posee vida y chilla del dolor, algunos presurosamente, con todo tipo de material e instrumental de albañilería, corren hacia ella, son médicos de los edificios y de las salas… Hay algunas salas que disponen de su médico de cabecera, otras tienen su médico para las urgencias o, uno cama adentro como si se tratase de un esposo que la cuida día y noche. Pero vuelvo a esta pared donde los médicos corren a ella, donde la pared cruje fuerte y el médico que se dirige hacia su herida ve surgir otras, en su rostro aparece un gesto de desesperación, acaba de hacer el análisis y resulta que se trata de una ¡enfermedad terminal! No queda más remedio que mirar… El rol del espectador, la silla dispuesta para contemplar como la fisura transmuta en grieta y luego la grieta se expande, la pared le resiste y grita, unos pocos ladrillos caen primero, solo unos pocos, la lucha es grande y el proceso se  torna lento al principio; pero mientras más aumenta el conteo de los ladrillos caídos, más se debilita… Pierde la lucha, está condenada, lo sabe, no lo admite, es el ajetreo lo que produce cierta esperanza, pero la pared ve al médico ya desesperanzado que la mira desde la silla con los ojos chorreados y reconoce pues que no hay posibilidad, solo queda un camino, solo un camino… Se desmorona ante la lágrima, todos los trozos se desprenden al mismo tiempo para caer estruendosamente. Se asemeja su caída a una coreografía, la exactitud para el objetivo propuesto es primordial, un error significa un estruendo amortiguado, y hace la diferencia sobre el impacto producido en el espectador, en el éxtasis, el regocijo y en la mirada posterior a los escombros…

Por Serápiens 

1 comentario:

  1. Te invito a pasar por el sencillo blog dedicado a la gran actriz Italiana Monica Vitti. Saludos
    http://ohmonicavitti.blogspot.com.ar/

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