24 de septiembre de 2012

Intemperie


I
Pero la mente es algo blasfemo
momento y beso apagado



II
Eran bestias

reguero de sangre
arcilla compactada
y porcelanas acribilladas.

Las lágrimas rotas
de otra noche bañada,
luna roja,
niebla,
temor y silencio,
gritos apagados.

La palabra,
la palabra herida,
acción perpetuando la lucha
deshecha, derrotada
jamás vencida
jamás de cabeza gacha.

Reguero de sangre,
ropa deshilachada
ideas malheridas,
atrocidades disfrazadas de santas,
la filosofía huyó
junto a la ciencia
junto a la vida.

Detrás de las paredes, el refugio…

Basuras, basureros, basural.

Dios enmudeció,
el niño sin padre lloró
y alguien perdió su hermano.
La esperanza pisoteada,
desgarrada.
En tiempos de horror,
de muerte camuflada en vida.



III
Condenado blasfemo
ejecución sincrónica.
Sus ojos vendados,
la venda abandona el blanco,
y el rojo gotea
como lágrimas,
como tristezas,
con furia
de temores pasados.

Miedos futuros y pretéritos

transmutación simbólica

condenado deshecho.



IV
Lobo oscuro
sombre nocturna
cataclismo inesperado.

Miseria vil,
sonrisa sádica.

¿Dónde está el bufón?
¿O el cínico?
¿O el siniestro?

Carcajada cruel,
cascada sangrienta,
cadenas oxidadas,
crujidos escalofriantes
en la oscuridad nocturna.


V
Amordazada la mano

alfileres
clavados
en la llaga

impedimentos
cocidos sus labios

faltan algodones
insertados
en su nariz.


VI
¿Acaso lloran los muertos
por quienes quedaron en vida?

Por Fernando Klap

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