26 de febrero de 2012

Sucesos precipitados


La lluvia cae fuerte mientras las gotas impactan contra el suelo provocando estrepitosos ruidos en escala diminuta y un loco grita incorporándose a le escena situada en la esquina de la cuadra, un loco vociferando a los cuatro vientos, a las cuatro calles aunque nadie lo escuche, se pierden sus palabras entre las paredes y los edificios, se pierden entre los pocos árboles de una ciudad, solo algunas se cuelan por ciertas rendijas de puertas y ventanas, por esas pequeñas imperfecciones. Ya ninguna ventana, ninguna puerta queda abierta, todos corrieron a cerrar las aberturas ante la caída de la primer gota, pero decir todos incluye exagerar por demás, es excluir esos pocos casos particulares, es olvidarse de las excepciones, pisarlas como si fuesen una porquería, decir todos es decir puras patrañas, pero a veces esas malditas palabras huyen de mi mente impregnando el texto con su esencia y aunque cuesta sacarlas se las puede retar.
Retrocedamos en las palabras, demos saltos en el retroceso, juguemos con las letras y el tiempo mientras regresamos al “no todos”, a la “excepción”, este loco en la esquina ya empapado por la balacera de gotas entra en “uno de esos pocos” le gusta la lluvia y al parecer gritar frases e incoherencias y fusionarlas cuando le es posible. Le propongo querido espectador: acerquemosno a él, metamosno debajo de la tormenta y agudicemos nuestros oídos, escuchemos esas palabras proferidas -Los rojos atolondrados se precipitaron en algunas flores, también los he visto usurpando remeras y algunos saltando entre zapatillas pero los verdes señores, señoras, señoritas y señoritos son los amos de las plantas, son sus reyes hasta que los amarillos se revelan pero no logran sostenerse, (quizás necesiten algún bastón), caen de a poco, uno a uno hasta que su permanencia se torna insostenible y las que quedaron caen todas juntas para después perecer con sus compañeras, formando un guerra cíclica entre verdes y amarillos donde los azules no participan, ellos prefieren quedarse en el agua calmados sin inmiscuirse en asunto ajeno, observando a nadie mientras tanto los blancos que aclaran las cosas y los colores convierten a los azules en celestes y conviven con ellos en el cielo haciendo de ojos para observar desde lo alto la guerra entre amarillos y verdes, a veces ven a las plantas agotadas por ser el campo de guerra y el blanco le pide ayuda al negro, juntos se mezcla en la escala de grises para cubrir al cielo entero, el gris conmovido llora y las gotas riegan las plantas pero a veces llora tanto y tan fuerte que se dice, entre vientos y sonidos, se produjo una lluvia torrencial... Hoy el cielo debe estar en esas tristezas pero con su tristeza busca alegrarnos, es una lástima que nadie lo vea y todos se escondan en sus casas con ventanas cerradas.- El loco no me escuchó cuando hable de “todos”... El loco habla de los colores, parece un artista con un cincel, no distingue sobre donde estaba parado o por lo menos nosotros no lo distinguimos, incluso puede poseer las cosas más claras en comparación a varios de nosotros o solamente una perspectiva completamente diferente de los sucesos, a través de su imaginación crear 3000 mundos diferentes mientras vive en todos y en ninguno a la vez, viviendo en uno más después del último con su mirada fija en los otros 3000.
Firme prosigue hablando, esta vez susurra obligándonos a prestar más atención a cada palabra, a cada articulación, a cada minúsculo movimiento de labios -No esta engañando, yo los estoy engañado, soy pura chachara aunque una chacarera no se la niego a nadie, prestenme una guitarra pa' hablarles del engaño- hizo el ademán de recibir una guitarra

Nos han engañao
las gotas son ficción
no mojan ni han volao
yo no estoy ni empapao

Nos han engañao
el cielo no ha llorao
la tierra no grita
ni siquiera susurra

Nos han engañao,
naides ha reclamado
no hay gritos en la pueblada
es por ello que esto pasa

nos han engañao
y habremos de pagar
nuestros pagos se han perdido
y habremos de perdernos

Fijese en sus bolsillos
mire su felicidad
y permitame decirle ya
que nos han engañao.

Luego simula romper la guitarra y correr hacia el sur pero se queda quieto, se sienta solo para suspirar aunque despues rompe en llanto, se larga a llorar para mezclar sus lágrimas con las gotas, esta acurrucado en el suelo, algo desolado y mudo, deja correr al silencio para invitar a su mente a hablar a solas -Hice todo lo posible sin poder advertir acerca del peligro de los lapices, los hay de todos colores y de todos los tamaños, hay algunos que dibujan, otros que escriben y algunos afirman haberlos escuchado cantar, los lapices son peligrosos y son capaces de expresar tantas osas, quizás debamos rápido encarcelarlos y con ellos encarcelar sus ideas también- Hablaba para sus adentros con el disgusto de quien no comparte esas ideas, de quien las aborrece deseando a la vez auto-convencerse de algo que le escapa a su propio poder, calla por ello aunque de él ahora en un tono feliz sale la siguiente canción:

Habrán tiempos
cuales las endorfinas bailarán
por las calles de la vida cantarán,
a los ojos se mirarán
y sus corazones brillarán.

Habrán tiempos
cuales las endorfinas bailarán
por las calles de la vida cantarán,
al mundo alegrarán.

Habrán tiempos
cuales las endorfinas bailarán
por las calles de la vida cantarán
y las personas transitarán,
por las mismas calles lo harán.

Habrán tiempo
cuales las endorfinas avanzarán
y a tantas personas conquistarán
que al mundo alegrarán.

Habrán tiempos de felicidad
donde todos cantarán
y las endorfinas bailarán

Habran tiempos
donde todos cantarán,
donde todos bailarán,
cantarán canciones para bailar
y bailaran canciones para cantar.

Pero las gotas precipitadas en secuencia anacrónica fueron esfumándose y una neblina tardía nubla nuestros ojos, el viento sopla fuerte llevando consigo las voces que comienzan a gritar haciendo de coro al loco de la esquina quien todos creemos que se mantiene inamovible ante el viento pero la bruma es espesa ya y ni siquiera nos permite distinguir la silueta, una esfera que nos rodee, de metro de radio, nos será imposible divisarla. Estar cada uno dentro de un domo se convierte en una posibilidad, quizás alguien pueda ponerlo sin que nosotros nos demos cuenta... Luego el mismo viento emprende la labor de llevarse las nubes y la neblina en esa secuencia de imágenes convertidas en suceso, imagen por imagen se lleva un poco de neblina y alguien quien saque mil y un fotos una seguida de la otra, verá en la mil uno la esquina completamente vacía, verá la ausencia cual a pesar de todo, en mí, no creó sorpresa, el viento se llevo al delirante o al revés debido al cese del mismo.

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