9 de enero de 2012

Mundos mentales




La mente enfrascada golpeándose contra las paredes, presentando una necesidad de salir, quizás de escapar a los confines misteriosamente lejanos, yendo y viniendo como zombie o más bien como un ente. Gritando señales de auxilio en un código ininteligible para casi la mayoría, tentando a oscuras las compatibilidades.
            Un salto en trampolín al vacío o a una pileta sin agua a sabiendas, un disparo apuntado al alma, un abrazo entre corazones, la lágrima pasajera recorriendo sus ojos, adornando a cada instante esa sucesión cuasi infinita de imágenes en un lapsus temporal, mirando en esos reflejos de la lágrima cayendo todo aquel mundo que se derrumba y construye interminables veces, queriendo adentrarse en él pero no pudiendo debido a esa efeméride de la sucesión de lágrimas que presentan nuevos mundos y viejos también a la vez sin significar nunca el fin y tampoco el principio de nada y en sus consecuentes actos solo son escenografías efímeras de alguna falsedad preestablecida buscando engañar a una que otra marioneta convertidas en títeres por algún titiriteros quien se considera experto.

1 comentario:

  1. En cierto momento me sentí muy atraído por la prosa, quise buscar su barbaridad, pero me hallé desnudo y bajo un cielo tormentoso igual o más desnudo que yo. Aquí permites que el lector teja el otoño en una pequeña jaula cerca a las tumbas de los niños perdidos. Esto es sencillo y maravilloso, sin intención de hacer de ambos términos un amigo sinónimo. ¡Abrazo!

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